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¡Ponte debajo de Mí!


Priscila Scalla - Barcelona - ESPAÑA

Lo que voy a contar sucedió el día 8 de febrero de 2009, durante la reunión dominical.

Unos y otros empezamos a dar gracias y alabar a Dios por lo que Él es.

Comenzó a haber una preciosa libertad, —una libertad en Él— para adorarle, para levantar bandera.

Su Presencia descendió; pude ver cadenas caer de personas que por mucho tiempo habían estado atadas o limitadas.

La verdad es que sentí un inmenso gozo en mi corazón porque el Señor Jesús estaba dándonos victoria. Estaba tan feliz que comencé a aplaudir con todas mis fuerzas, porque mi Jesús se lo merecía. Solo Él lo merece. Y porque era un día de victoria para su pueblo.

No podía dejar de aplaudir. Sentía que el mismo Señor estaba con nosotros, su persona misma. Por más que quería no podía dejar de aplaudirle. Recuerdo que estaba muy feliz porque Él estaba con nosotros.

Entonces se hizo un silencio y el Señor comenzó a hablar.

Yo aplaudía y escuchaba.

Oí muy claramente sus palabras cargadas de tanto amor y firmeza:

¡No temas!  ¡No temas! Yo estoy contigo. ¡No temas!  ¡No temas!

Prepárate; prepárate soldado. Yo te daré las armas para este tiempo.

¡No temas!  ¡No temas!

Porque en medio de la tormenta y en medio de la noche Yo estaré contigo.

¡Ponte debajo de Mí! Yo te cubriré, te rodearé con fuego y nada ni nadie te tocará.

¡Ponte debajo! Porque allí no te faltará el agua, el pan y el aceite.

¡Ponte debajo!Te cubriré y te rodearé.

Y repetía muchas veces: ¡No temas!

Ponte debajo, porque allí y sólo allí estarás seguro.

¡No temas! Yo prepararé tu alforja  para este tiempo.

Y siguió diciendo:

Yo soy tu Dios que te traje aquí para este tiempo y para este tiempo has nacido!

¡Joven!;  ¡Joven!

Ponte tú también debajo de Mí y yo te rodearé y te cubriré y estarás seguro .

No lo tomes livianamente, PORQUE ES VERDAD.

Joven, ponte debajo de mí porque allí y sólo allí estarás seguro.

¡Esposo!; ¡Esposo!

Ponte debajo y toma la mujer que te di y a tus hijos y ponlos allí.

¡No temas!, porque Yo estoy contigo. ¡No temas!, dice el Señor.

Eso es lo que escuché.

Y esto es lo que veía

Veía al Señor Jesús, lo veía con sus brazos hacia adelante y cubriendo con sus brazos, y a su vez rodeándonos.

Era como cuando el pueblo de Israel era rodeado durante la noche por Él, quien cubría todo y alrededor. Era como cuando una gallina esconde sus polluelos. Podía ver el borde de Sus alas cerca del suelo y alrededor. Y el fuego todo alrededor.

Cuando habló del agua y del pan y el aceite, yo supe que era su "medida justa", y que allí no nos iba a faltar.

 Cuando hablaba a los jóvenes lo hacía con mucha advertencia, y a todos… cuando decía ¡Prepárate!, insistentemente lo decía.

Tenemos que ponernos allí. DEBAJO DE ÉL MISMO, en medio de su Presencia.

Qué bueno es que sea el Señor Jesús quien nos libre, nos hable y nos guíe.

HOY está llamándonos a venir al mejor lugar; Bajo Sus alas, bajo Su cobertura.